Ayer fue denunciado por este medio un escandaloso caso de tortura policial, donde un joven fue brutalmente golpeado por cinco policías en esta ciudad, a menos de 24 horas corren los rumores y comienzan a llegar personal designado para prestar servicio en esta ciudad, con la falsa convicción de que ellos representan una alternativa para ese pueblo, una ciudad sin suerte y marginada de su cuidado e interés.
Hoy le denuncio general José Armando Polanco Gómez, que por error , desconocimiento o complicidad, usted está autorizando el retorno a este pueblo de la más peligrosa asociación criminal y corrupta, responsables de los más aberrantes actos de extorción y patrocinio a los más bajos intereses que pernotan y dirigen un pueblo que solo busca que la mano de dios y la suya le den la oportunidad de tener un estado de seguridad que nos permitan convivir a los locales y ofrecer un ambiente propicio que nos permita de nuevo resurgir como destino turístico.
General en la gestión anterior PN Sosua un joven casi menor de edad oriundo de Sosua fue aberrantemente golpeado y torturado, colgado con un alambre por los testículos y posteriormente liberado porque después de la tortura resulto que no era el hombre que buscaban, esos policías son los mismos en los que usted está poniendo en sus manos el destino de la seguridad de este pueblo, un pueblo en el que paga para delinquir posee todos los derechos y la gente decente las víctimas de los maltratos.
“General este hecho que denuncio hoy me lo callé tal vez porque no soy tan valiente como se cree, o porque igual que muchos creo que lo que ocurre aquí ocurre porque usted lo permite, pero este humilde joven fue colgado con un alambre por los testículos por los mismos oficiales que aquí no estaban y que hoy usted permite que aquí regresen como si esta comunidad no mereciera la decencia de una dirección que actúe en función de intereses colectivos positivos”.
hoy se lo denuncio consciente del riesgo que corro por parte de sus hombres, esos que tienen poder y respaldo para fabricar expedientes y justificar falsamente la muerte de cualquier ciudadano, esos mismos que poseen armas para eliminarme, pero que nunca podrán borrar los hechos aberrantes cometidos durante su gestión y que vivirán sobre la desgastada imagen de una institución maltrecha y corrompida que usted dirige y que yo he defendido, sin ni siquiera imaginarme llevarme hoy tan lastimosa decepción.
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