Si la pasada semana Rigondeaux dio cátedra técnica, esta semana Saúl Álvarez y su esquina nos dieron una lección magistral, duela a quien duela, de estrategia en el ensogado, si bien cabe destacar que las cartulinas no fueron totalmente justas, lejos de mi personal 115-112, exceptuando la del juez de mesa Rey Danseco con cuya puntuación coincido.
Es innegable que cada combate descubrimos un nuevo Canelo, mas completo, ordenado, proactivo, disciplinado… con carencias, porque si algo puede reprocharse al jalisciense es el capitulo físico, falto de rendimiento aeróbico desde el ocho, pero conocedor de sus limitaciones y de las armas del rival, supo compensarlo economizando con maestría cada mano lanzada y tirando de unos recursos defensivos inéditos hasta la fecha.
Esta vez los laureles han de caer sobre la esquina del mexicano, sin duda los Reynoso no solo cumplieron, si no que sorprendieron con una estrategia que nadie esperaba, el bending y las fintas del Canelo no fueron empleadas para perseguir por el cuadrilátero al estadounidense, si no en un plano defensivo que desespero y desubicó al campeón de la AMB.
Estaba claro que Trout es de ese tipo de boxeador que parasita el brillo de su rival, boxeando atrás, sacando un jab que si bien no deja huella en el rostro del rival si va vaciando su ánimo y confianza, así como su credibilidad ante los jueces de mesa.
Saúl, por momentos propuso un intercambio de roles y vimos un Trout lanzando jabs al aire desesperado y deslucido, suerte que hubiera sufrido el mismo Alvarez si hubiera seguido el “know how” de los “gurús” de la fistiana, que le invitaban a correr detrás del estadounidense como pollo sin cabeza intentando cerrar el ring a un rival con mas zancada y velocidad de piernas.
Entre las sienes de Chepo se urdió el plan perfecto, “si no me dejas boxear a mi, alguien deberá hacerlo”… y sacó a pasear las vergüenzas de Trout, que no supo boxear ni hacia delante, ni hacia atrás. La pasada semana afirmé que con la estrategia adecuada Canelo ganaría, sin ella estaba avocado al fracaso, 12 asaltos después me reafirmo, con una estrategia frontal, Saul hubiera caído derrotado y deslucido salvo lucky punch o despiste de Trout.
La cintura y la puntería de Saúl pusieron el resto y no solo el púgil, también la esquina se graduó con nota, no puedes boxear igual ante cualquier tipo de púgil y las cunetas del camino a la gloria esta llenas de necios con mas corazón que cabeza, quien no entienda esto debería desempolvar los videos de Robinson bailando frente a Kid Gavilán o a Alíaplicando el “Rope a Dope” frente a Foreman.
No hay mas ciego que el que no quiere ver, pero la evidencia desnuda las intenciones de quienes hablan desde la obstinación o por seguir una absurda corriente crítica que no pueden argumentar por que ni siquiera es un propia, si no adoptada.
Que la carrera de Saul Alvarez haya sido una mentira, culpa de Golden Boy Promotions es un hecho innegable, pero no convierte al muchacho en peor púgil de lo que las evidencias demuestran, hay productos y repito PRODUCTOS con mayúsculas, que se mantienen con cinturones, e incluso en los listados libra por libra con mucho menos de lo que trae el de Jalisco.
Por otro lado tenemos ese público neófito, que solo disfruta cuando al terminar los doce asaltos los dos púgiles se van de la mano al hospital, flaco favor se hace al aficionado, si no se le ayuda a entender que la técnica y táctica son parte fundamental del pugilismo, que por supuesto ha de ser de choque y espectáculo, pero cuando los estilos no encajan para ello, el buen aficionado debe al menos intentar disfrutar de otras facetas que conforman la solera y sustain de nuestro amado boxeo.
Nadie vaya a subir a Canelo en un trono prematuro, pero quien crea que esta ante un ídolo de barro, solo ha de sentarse a esperar la lluvia, el tiempo soberano pone a cada cual en su lugar.
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